Bienvenido, torneante

Con esta asombrosa consigna medieval saludan los paisanos de Tordesillas a los valientes caballeros andantes que cada segundo martes de septiembre y en honor a la Virgen de la Peña, osan enfrentarse con el más temido y fiero rumiante que allende los mares hidalgo pudiera toparse: El Toro de la Vega.

Prometo que el saludo no es producto de mi imaginación tras un atracón de novela épica, sino un extracto de la página web que mantiene el Patronato del Toro de la Vega en un acto envidiable de modernidad y vanguardia.

El caso es que los simpáticos tordesillanos no se toman la cosa a broma, tienen hasta un patronato y todo que promueve y vela por la expansión espacio/temporal de su más grande, vil, anacrónica y salvaje seña de identidad.

Ya ven, mientras el hombre actual se llena la boca hablando de progreso y civilización, en otros rincones del primer mundo se entretienen retrocediendo a la Edad Media para rendir culto a los instintos más bajos, crueles y salvajes que pueda albergar el ser humano en sus entrañas. Y todo esto, con el consentimiento y apoyo de la administración. Menudo ejemplo.

Alguien exclamará indignado: ¡Tradición! – Y yo digo: Compasión.

Los ingeniosos muchachos del Patronato de marras tienen otra consigna más efectista: "sin raíz, ...nada!". Y en eso estoy de acuerdo con ellos. Su absurda tradición hay que erradicarla de raíz.

A todo esto, tengo por aquí el resumen de la interesante entrevista que nos concedió en exclusiva hace unos días el toro de la Vega de este año, que por cierto, se llama Zapatero y tiene 6 años, aunque es bastante maduro para su edad.

Pn: Buenos días Sr. Zapatero.
Z: Hola, que hay. Puedes tutearme.
Pn: Gracias, ¿te importaría contarnos lo que sentiste al conocer la noticia de que este año eras el elegido para el gran torneo?
Z: Bueno… para ser sincero, no tengo la más remota idea de en qué consiste el torneo, ya que el compañero que resultó elegido el año pasado no volvió para contarlo. Según creo se trata de algo importante para cualquier toro, así que siento que tengo una gran responsabilidad.
Pn: ¿Dónde crees que está ahora Rodanero (el toro de la Vega del año pasado)?
Z: Es un vividor, seguro que ganó el torneo y ahora estará viviendo a cuerpo de Rey el muy granuja, le gustan más las ubres que a un tonto un lápiz. (risas)
Pn: ¿Entonces es cierto que no sabes en qué consiste el torneo?
Z: Ya te he comentado que no sé nada, pero debe ser algo fantástico puesto que me han dicho que estoy destinado para ello y yo siempre he querido ser alguien en la vida. Por fin voy a tener mi oportunidad, estoy bastante emocionado.
Pn: Oye, no quisiera parecer inoportuno pero… creo que deberías conocer la verdad.
Z: ¿Que quieres decir? Por favor, habla.
Pn: El torneo del toro de la Vega consiste en que te suelten por una zona controlada para que los mozos del pueblo te atraviesen el cuerpo con palos y lanzas mientras una multitud vociferante les anima durante horas. Evidentemente, acabarás muriendo entre dolorosos espasmos y vómitos de sangre. Lo siento pero Rodanero no vive en Las Vegas.
Z: … Amigo, ¿me tomas el pelo?
Pn: Me gustaría poder decirte que sí.
Z: Pero eso no puede ser, yo jamás le he hecho daño a nadie, ¿por qué alguien querría lastimarme? – ¡Mientes!
Pn: Oye… lo siento, pero creo que es mejor que no te hagas ilusiones. Lo que te digo es cierto y hace muchos años que las cosas son así.
Z: Pero, ¿por qué me cuentas esto?, tu también eres uno de ellos.
Pn: No te equivoques, no todos los humanos estamos de acuerdo, pero nuestras leyes permiten que esto suceda año tras año y nuestro gobierno lo legitima.
Z: ¡Los humanos estáis enfermos, pero pagarán cara mi vida!
Pn: Suerte Zapatero.
Z: Gracias, la voy a necesitar. Si no te importa, me gustaría estar sólo...


Nota de última hora: Al parecer Zapatero ha sido aquejado de "lengua azul" y no podrá ser alanceado el 11 de septiembre (a estas alturas ya debe estar muerto), pero que ningún aficionado a la tortura se preocupe, los chicos de Tordesillas ya se han apresurado en buscar a otra víctima para sustituirle. El pobre bicho se llama Cabrero, un precioso astado nacido en octubre del 2000, en la cuna del nuevo milenio. Curiosa paradoja.