El nuestro es un mundo de fuertes contrastes y de esta obviedad hay millones de ejemplos prácticos. Hoy vamos a engrosar la lista con otra prueba más de que tal aseveración es un hecho indiscutible.
El año pasado se abandonaron en España unos 98.000 perros, una cifra ciertamente escalofriante que le sacaría los colores a cualquier nórdico al que se lo cuentes, pero la especie de los cánidos está de enhorabuena, porque los simpáticos chicos GlobalPetFinder, una empresa de nuevas tecnologías afincada en Nueva York, han desarrollado un estupendo sistema de posicionamiento GPS para "mascotas" que se integra en el collar del animal y permite conocer al dueño la posición de su compañero en todo momento mediante mensajes al móvil, haciendo sonar una alarma o usando una pantalla de visualización de GPS. Aún no salgo de mi asombro...
La verdad es que el invento puede resultar muy útil en determinados casos, para que negarlo (para quien pueda pagar el aparato y su mantenimiento mensual) pero ahora, para poderme ir a la cama esta noche con la conciencia realmente tranquila lo que me gustaría de verdad es enterarme de que unos investigadores noruegos han desarrollado una potente vacuna contra la mediocridad y la torpeza mental de las personas a las que, el invento del GPS canino, les supondría un problema más que otra cosa, me estoy refiriendo a esos aproximadamente 98.000 estúpidos españoles desprovistos de corazón que el año pasado abandonaron a su suerte a su regalo de navidad, o a su capricho de un día de compras compulsivas, en mitad de ninguna parte o en cualquier refugio, de esos cuyos responsables casi tienen que vender el alma al diablo para poder mantener a flote.
Es curioso que, mientras hay personas a las que no les duele gastarse 349$ en un aparato como ése al que hay que sumar otros 35$ por la activación del servicio y una cuota mensual de 18$ para no perder jamás a su fiel amigo, en otros lugares del planeta hay quien pagaría lo mismo por perder de vista a su molesto, sucio y ruidoso compañero. Lo que decía, contrastes.
En fin, quién sabe, a lo mejor dentro de 50 ó 60 años, junto con la factura de compra de la mascota y el chip identificativo "obligatorio", se les instale a los animales un sistema GPS de estos que, al detectar que el animal está siendo abandonado, le propine fuertes descargas eléctricas al propietario en sus partes nobles para que tenga otras cosas mejores en las que pensar antes de hacerlo. Yo cedería gustosamente mi parte de impuestos que actualmente sirven para subvencionar la tauromaquia con este otro fin.
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