12 diciembre, 2005

¿Personas?

El compañero Pablo, Toxu para los amigos, ha querido compartir con nosotros su indignación por la asombrosa y lamentable noticia que la semana pasada saltaba a la prensa y la televisión para contarnos cómo unos adinerados y caprichosos cazadores asesinaban, en el sur de España, a varios animales en peligro de extinción:


Es increíble el grado de crueldad al que puede llegar el ser humano. El nivel de perversión que puede alcanzar su mente es realmente asombroso, espeluznante y aterrador. La noticia que apareció hace unos días sobre las cacerías ilegales de tigres, leones, lobos, linces, etc., llevadas a cabo en una finca de Extremadura, y felizmente descubiertas y abortadas por el servicio del Seprona de la Guardia Civil, es una clara muestra de ello. Una muestra del grado de insensibilidad y disipación al que pueden llegar algunas personas, por llamarles de alguna forma.

Nunca he comprendido cómo alguien puede pagar elevadas cantidades de dinero por realizar un viaje a África y participar en un safari; pagar, simplemente, por el placer de destruir vida, por matar. Matar animales que viven en su hábitat natural y no suponen un peligro para nadie, es increíble. De verdad, jamás entenderé el placer de matar por matar, sin necesidad. Por eso, me alegro infinito que toda esa panda de sinvergüenzas, los que organizaban y los que mataban, hayan sido descubiertos y detenidos. Como me alegraría saber que entrarán en prisión y pagarán por sus delitos, algo que veo más dudoso… Al fin y al cabo, sólo se trataba de “simples y vulgares animales”, seres que en este país, para muchos, tienen menos valor que un objeto cualquiera, son sólo cosas, no son seres vivos. Para estos tipejos los animales son “algo” que se puede utilizar a su conveniencia, están ahí para su complacencia y diversión, son como un televisor o un microondas, objetos que se usan, nada más.

Evidentemente, no me gusta la caza, aunque muchos la practican observando estrictamente las leyes que la regulan; no me gusta, pero lo acepto, qué remedio, es una actividad legal bajo esas condiciones. Pero los que me producen verdaderas ganas de vomitar son tiparracos como éstos que acaban de detener en Extremadura, ésos no son cazadores, son vulgares escorias humanas que no merecen ser catalogados como personas. Disparar a placer contra animales indefensos, y en algunos casos, como los lobos o linces, protegidos y en peligro de extinción, disparar contra tigres o leones viejos comprados a circos y zoológicos, animales enfermos o medio inválidos, como el león tuerto que ha salido en las imágenes de televisión y que estaban a punto de matar en otra de esas valientes cacerías, animales a los que no se daba la más mínima posibilidad de huida o defensa, no es propio de un cazador, más bien es propio de un cobarde. De un cobarde que, además, no merece ser llamado persona.

Es triste que en un país desarrollado y perteneciente a la UE ocurran estas cosas, pero ocurren, y me temo que seguirán ocurriendo en el futuro. Por lo menos, mientras sigan existiendo ignorantes que digan que la Naturaleza los animales están ahí para nuestra diversión, para nuestro uso y disfrute, incluyendo el matarlos por placer, por simple entretenimiento. ¡La ignorancia elevada a su grado más inhumano!

Mi enhorabuena al servicio del Seprona de la Guardia Civil por el trabajo realizado. Me consta que realizan una maravillosa labor, para desgracia de estas escorias humanas que se llaman a sí mismos personas…
¿Personas?

Gracias Toxu.

08 diciembre, 2005

Posicionamiento global de mascotas vía satélite

El nuestro es un mundo de fuertes contrastes y de esta obviedad hay millones de ejemplos prácticos. Hoy vamos a engrosar la lista con otra prueba más de que tal aseveración es un hecho indiscutible.

El año pasado se abandonaron en España unos 98.000 perros, una cifra ciertamente escalofriante que le sacaría los colores a cualquier nórdico al que se lo cuentes, pero la especie de los cánidos está de enhorabuena, porque los simpáticos chicos GlobalPetFinder, una empresa de nuevas tecnologías afincada en Nueva York, han desarrollado un estupendo sistema de posicionamiento GPS para "mascotas" que se integra en el collar del animal y permite conocer al dueño la posición de su compañero en todo momento mediante mensajes al móvil, haciendo sonar una alarma o usando una pantalla de visualización de GPS. Aún no salgo de mi asombro...

La verdad es que el invento puede resultar muy útil en determinados casos, para que negarlo (para quien pueda pagar el aparato y su mantenimiento mensual) pero ahora, para poderme ir a la cama esta noche con la conciencia realmente tranquila lo que me gustaría de verdad es enterarme de que unos investigadores noruegos han desarrollado una potente vacuna contra la mediocridad y la torpeza mental de las personas a las que, el invento del GPS canino, les supondría un problema más que otra cosa, me estoy refiriendo a esos aproximadamente 98.000 estúpidos españoles desprovistos de corazón que el año pasado abandonaron a su suerte a su regalo de navidad, o a su capricho de un día de compras compulsivas, en mitad de ninguna parte o en cualquier refugio, de esos cuyos responsables casi tienen que vender el alma al diablo para poder mantener a flote.

Es curioso que, mientras hay personas a las que no les duele gastarse 349$ en un aparato como ése al que hay que sumar otros 35$ por la activación del servicio y una cuota mensual de 18$ para no perder jamás a su fiel amigo, en otros lugares del planeta hay quien pagaría lo mismo por perder de vista a su molesto, sucio y ruidoso compañero. Lo que decía, contrastes.

En fin, quién sabe, a lo mejor dentro de 50 ó 60 años, junto con la factura de compra de la mascota y el chip identificativo "obligatorio", se les instale a los animales un sistema GPS de estos que, al detectar que el animal está siendo abandonado, le propine fuertes descargas eléctricas al propietario en sus partes nobles para que tenga otras cosas mejores en las que pensar antes de hacerlo. Yo cedería gustosamente mi parte de impuestos que actualmente sirven para subvencionar la tauromaquia con este otro fin.